La primera predicción, entonces, es que Trump va a extralimitarse en su uso del poder y esto va a provocar una reacción adversa entre votantes que quieren soluciones rápidas a la economía, no cuatro años más de rencores políticos y venganzas mezquinas.
El proceso del perdón es irreversiblemente político y, por ello, una fuente de ataques partidistas. El espíritu de reconciliación nacional invocado por Gerald Ford en 1974 ha desaparecido 50 años después.
Luis Manuel Otero subía videos en redes sociales para ver a los demás o para enseñar cómo la policía le caía a palos. Sandro Castro sube videos en redes sociales para que los demás lo vean o para enseñar su Mercedes Benz. Luis Manuel Otero le decía a la gente que estamos conectados. Sandro Castro le dice a la gente cuán desconectado está él.
Traducir el terror no es una tarea fácil, en especial si se trata de evitar la propaganda. No digo traducir como un intento de proselitismo sino de diálogo. Claro que en ambos casos hay un (im)pulso de persuadir. Traducir es dialogar y persuadir. ¿Por qué si no el afán de ir comparando figuras tan distintas y autoritarias como Fidel Castro, Adolf Hitler y Donald Trump?
Aún Donald Trump no ha empezado su segunda Presidencia y ya tiene su primer escándalo: los anuncios de varios acólitos sin experiencia ni calificaciones para altos cargos en su gabinete, y la exigencia de que el Senado se someta a sus demandas y los apruebe obviando el proceso constitucional de advice and consent (consejo y consentimiento).
«En ‘Narcisos hay cubanos’, dos personajes son de la Isla Metafórica, pero ellos viven fuera de todo aquello; su realidad, aunque marcada por la hecatombe que ya conocemos, es otra. De cualquier manera, el tema Cuba es difícil desecharlo si naciste allí. Tengo escrita una novela sobre la isla que no ha visto la luz; me propuse que no fuera la primera, ni será la segunda… quizá la tercera si alguna editorial la quiere. Nadie la ha leído aún».
«Creo que lo dijo el gran fotógrafo inglés Don McCullin: “El Tercer Mundo no necesita más fotógrafos”. De ser así, me replanteo esa frase: yo ya tengo mi Tercer Mundo, y es Cuba. Ese es el mundo que más me interesa mostrar, contribuir a que finalmente, y entre todos, mostremos su verdad».