«Esta calle no es de Fidel»; tampoco este parque en la Ciudad de México

    A las cubanas Hilda Landrove y Laura Batista les quedó bien claro desde el primer momento que, a la polémica desatada en México por la remoción de las estatuas de Fidel Castro y el Che Guevara de un parque ubicado en la colonia Tabacalera, en el centro de la capital del país, le estaba faltando un punto de vista importante: «la voz de sus víctimas». El pasado 16 de julio, Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa de la demarcación Cuauhtémoc, tomó la decisión basada en quejas de los vecinos e «irregularidades en los permisos para instalar la obra».

    Para Landrove, académica, ensayista y activista política en el exilio, «la discusión tenía un tono administrativo. El gobierno federal decía que era ilegal que la alcaldía Cuauhtémoc retirara las estatuas, y los simpatizantes del régimen cubano hablaban de indignación. Incluso, una publicación del periódico El Universal dijo que la comunidad cubana se reuniría para protestar por la decisión de Rojo de la Vega. Y bueno, varios de los cubanos que vivimos en México de inmediato reaccionamos en contra». Junto a un grupo de coterráneos y otros amigos, Landrove se plantó este domingo en el lugar donde dos figuras de bronce conmemoraban el encuentro de Castro y Guevara en 1955 en México. La acción fue bautizada como «Esta calle NO es de Fidel».

    «Mientras estas posiciones iniciales reivindicaban a las figuras de Fidel y el Che por el papel que jugaron en la historia y por haber hecho la Revolución cubana, a nosotros nos interesaba decir que esos ‘dioses o héroes intocables’ son responsables de la tragedia cubana y de sus muchas víctimas durante varias generaciones. En vez de adorar fetiches, sin cuestionar siquiera su legado, nosotros fuimos a hablar de las víctimas, además de reeditar el performance ¿Dónde está Mella?, del preso político y artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, lo que nos permitió preguntar también dónde están los presos políticos de hoy», apuntó Landrove. A su vez, las activistas tampoco convocaron a una manifestación abierta porque «con toda seguridad hubiera terminado en un enfrentamiento con las brigadas de apoyo al régimen de Cuba en México, que son extremadamente violentas si se les cuestiona su homogeneidad, su capacidad de ocupar el espacio o hablar por todo el mundo y negar lo que las víctimas tienen que decir».

    «Insistimos mucho en que ni la calle ni el parque son de Fidel como una forma de responder a la frase que llevaron en su manifestación los grupos de apoyos al régimen, que es obviamente una extensión de la idea de que la calle es solo de los revolucionarios y que remite directamente a la lógica de exclusión, una política constitutiva del sistema cubano. Decir allí que esa calle no era de Fidel fue decir claramente que nosotros no aceptamos esa exclusión, mucho menos que se extienda fuera de Cuba. Más, cuando esa lógica ha conducido al exilio de miles de cubanos, incluidos los que estamos viviendo en México», subrayó Landrove.

    Por su parte, la cineasta Laura Batista dijo a El Estornudo que la reedición del performance ¿Dónde está Mella? buscaba un punto de encuentro con las protestas y el paro estudiantil que tuvieron lugar en Cuba hace apenas unos meses, dado que la figura de Mella es un símbolo de la lucha de los estudiantes en la isla. «Más allá de los esencialismos de izquierda o de derecha, debemos solidarizarnos con las víctimas de todos los sistemas de opresión», opinó Batista. «Buscar una tercera vía nos permite evitar que nuestras luchas sean instrumentalizadas por cualquier tipo de poder. Eso es algo que en México, con toda la idealización que existe acerca de Cuba desde una parte de la izquierda, conviene mucho poner sobre la mesa».

    ***

    El periodista y politólogo mexicano Rodrigo Coronel aseguró a El Estornudo que no es la primera vez que las figuras de Fidel y el Che desatan polémicas entre las clases políticas e intelectuales de México, solo que este último episodio «tiene que ver con la posición que guarda el Gobierno de México con respecto a Cuba». Las estatuas también tiene su propia saga de conflictos, desde que en 2017 fueran ubicadas en el parque de la colonia Tabacalera. Según refieren los historiadores, Castro y Guevara se reunían en la zona, en un edificio departamental de la calle José Emparán 49 y en el café-bar La Habana, para planificar el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista.

    Titulada Monumento Encuentro, pero conocida coloquialmente como la «Banca del Che y Fidel», las piezas en bronce fundido son obra del escultor mexicano ya fallecido Óscar Ponzanelli, luego de que el entonces delegado de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quisiera conmemorar el encuentro de ambos personajes en México. Según un reciente comunicado del gobierno capitalino, que expresa su desacuerdo con la decisión de Roja de la Vega, las esculturas están reconocidas como «Patrimonio de la Ciudad de México» y responden a la «solicitud de vecinas y vecinos interesados en difundir los datos históricos que existen de esta colonia». La obra, que pesa más de 250 kilogramos, representa una conversación entre los dos políticos.

    En 2018, debido a la falta de autorizaciones gubernamentales, la obra ya había sido removida del lugar, pero fue devuelta en 2020, cuando una comisión municipal que supervisa los monumentos públicos aprobó su reinstalación. En 2021 las estatuas fueron vandalizadas con pintura blanca y, tambien en ese año, cubiertas con carteles ensangrentados, como gesto de bienvenida al gobernante de la isla Miguel Díaz-Canel, quien visitó Ciudad de México para las fiestas patrias organizadas por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco del 211 aniversario de la independencia mexicana. Además, desde mediados de julio último, las estatuas volvieron a desatar otra tormenta política entre la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Brugada, y la alcaldesa Rojo de la Vega, quien dijo que la pieza se había instalado de forma inadecuada y que no se debía honrar a esos «asesinos» que «siguen representando mucho dolor». Asimismo, sugirió hasta subastarlas.

    «Atención, tuve una idea magnífica. Para todos los comunistas, los comunistas de closet, los coleccionistas de dictadores. Les traigo una oportunidad única e irrepetible: ¿Por qué no subastamos de manera oficial las esculturas de Fidel Castro y el Che Guevara?  Sí, esos que hablaban de igualdad, pero vivían como reyes. Esos mismos que predicaban libertad, pero callaban a balazos», apuntó Rojo de la Vega en un video difundido en su cuenta de X. La alcaldesa comentó, además, que los interesados en adquirir las estatuas se las podrían llevar a sus casas con, y exhortó a que se adquirieran con recursos propios y no con dinero ligado a los impuestos o al espacio público.

    «Veo muy difícil que un político, en este caso una alcaldesa, dejara a un lado las implicaciones políticas e ideológicas que tenía el retiro de las estatuas de dos personajes tan emblemáticos para la historia política del país, específicamente para la historia política de la izquierda mexicana, muy adepta a la Revolución cubana que encabezaron estos dos personajes», comentó a El Estornudo Coronel, quien también calificó la postura de Rojo de la Vega como «mediática», ya que busca erigirse en «líder de la oposición».

    El politólogo esperaría que las estatuas «sí vuelvan a exhibirse, quizá no en ese mismo lugar. Más que la burocracia o lo jurídico, lo determinará la política. Ahora se trata de un juego de vencidas entre la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la alcaldía Cuauhtémoc. ¿Quién tiene más poder que el otro?, ¿quién tiene más facultades que el otro?, y ¿quién está dispuesto a perder más que el otro?», concluyó Coronel.

    Por su parte, el Doctor Pedro José Peñaloza, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comentó a El Estornudo que el percance entre los gobiernos federales y de la Ciudad de México con la jefa de la alcaldía Cuauhtémoc refleja «una visión dogmática de los hechos históricos». Peñaloza apuntó que es necesario recordar que «las estatuas de Ernesto Guevara y Fidel Castro fueron compradas por el delegado Ricardo Monreal, con un costo de 600 mil pesos. Por supuesto, Monreal poco tiene que ver con las concepciones castrista o guevarianas. Lo hizo por mero oportunismo».

    También el académico afirmó que «las poses de los representantes de Morena, protestando por la movilidad de dichos monumentos, buscan impactar a algunos sectores adoradores de la revolución cubana y darse baños izquierdistas, cuando en realidad la matriz de donde proviene Morena es del nacionalismo revolucionario de corte priista».

    Asimismo aseguró que «la búsqueda de un acuerdo tripartita confirma que no es cierto que la alcaldesa haya violado alguna normatividad» y que «reivindicar actualmente al Che y a Castro implica hacer abstracción de lo que pasa hoy en la vida cotidiana de los cubanos y quedarse en los pasajes del radicalismo juvenil de los 50 y en el romanticismo de la revolución armada de esos tiempos».

    ***

    Al periodista independiente cubano José Raúl Gallego le complació mucho que hayan retirado las estatuas de dos personas responsables de la instauración de un régimen tiránico en Cuba, que coarta y viola los Derechos Humanos elementales de todos en su país.

    Sobre las supuestas protestas de cubanos que se realizaron, tras la decisión de quitar las dos figuras en bronce, precisó a El Estornudo que «en realidad casi nadie de los que estaban ahí era cubano, salvo algunas personas mayores muy vinculadas a la embajada cubana. La convocatoria salió de la Asociación de Cubanos Residentes en México y del grupo de Solidaridad México-Cuba, que son prácticamente extensiones del trabajo de la embajada cubana en México».

    También detalló que en los videos que se difundieron en redes de esa protesta pudo ver personas que habían sido movilizadas anteriormente como «porros» (grupos de choque) contra «los cubanos que en otros momentos nos hemos manifestado pacíficamente ante la embajada cubana, por fechas como el 11 de julio, el 27 de noviembre, el 10 de diciembre o la visita de Díaz-Canel a México».

    A su vez, Gallego destacó como muy importante la decisión de un grupo de cubanos radicados en México de contramanifestarse este último domingo en ese mismo parque, donde expusieron a las verdaderas víctimas del régimen castrista. «Creo que era necesario e importante porque se está hablando de personas que tuvieron una incidencia negativa y decisiva sobre lo que está pasando en Cuba desde hace 66 años, además de ser responsables —en gran medida— por lo que muchos de nosotros estamos aquí en México», apuntó el también investigador y activista.

    «También porque una parte de la prensa y de propagandistas en redes mexicanos intentaron presentar las primeras protestas por la retirada de esas figuras como frutos de la comunidad cubana en México, lo cual era falso y había que desmentirlo. México es nuestro país de acogida, donde vivimos y algunos hasta se han nacionalizado. Aquí hemos optado por echar lo que nos queda y nos preocupa que se le rinda culto a esas figuras y se enfile una política siguiendo el pensamiento de los responsables de la destrucción de Cuba. Esto no solo va de una decisión política interna, sino de que también es un tema que atañe directamente a los cubanos», concluyó Gallego.

    Newsletter

    Recibe en tu correo nuestro boletín quincenal.

    Te puede interesar

    La espera de Yenisey Taboada

    Tras 12 días, el prisionero político Duannis León Taboada, de 26 años, depuso este martes 29 de julio una huelga de hambre que llegó a titulares internacionales. Según trascendió en la prensa cubana independiente, permanece hospitalizado en la cárcel del Combinado del Este, en las afueras de La Habana.

    La basura en Cuba ante la filosofía del desperdicio

    Pero en Cuba la basura no es la esfera del otro rechazado, sino el espacio común donde todo se descompone. El sujeto, en la indolente degradación del entorno, no tiene tiempo de justificar su pérdida: el hambre, el familiar que emigró, la madre enferma sin medicinas, el hijo perseguido por gritar en la calle durante los apagones, y un largo etcétera. 

    Duannis León Taboada no quiere morir

    Duannis Dabel León Taboada, un muchacho barbero que escribe...

    «Emigrar te despierta». Una tarde en Miami con la actriz Lola...

    «Lo rico de actuar es descubrir esas zonas que uno no tiene, y las encuentra mientras actúa».

    Pedro Medina, número 31, receptor

    Ignoro por qué mi padre me enseñó a ser...

    Apoya nuestro trabajo

    El Estornudo es una revista digital independiente realizada desde Cuba y desde fuera de Cuba. Y es, además, una asociación civil no lucrativa cuyo fin es narrar y pensar —desde los más altos estándares profesionales y una completa independencia intelectual— la realidad de la isla y el hemisferio. Nuestro staff está empeñado en entregar cada día las mejores piezas textuales, fotográficas y audiovisuales, y en establecer un diálogo amplio y complejo con el acontecer. El acceso a todos nuestros contenidos es abierto y gratuito. Agradecemos cualquier forma de apoyo desinteresado a nuestro crecimiento presente y futuro.
    Puedes contribuir a la revista aquí.
    Si tienes críticas y/o sugerencias, escríbenos al correo: [email protected]

    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

    Artículos relacionados

    La basura en Cuba ante la filosofía del desperdicio

    Pero en Cuba la basura no es la esfera del otro rechazado, sino el espacio común donde todo se descompone. El sujeto, en la indolente degradación del entorno, no tiene tiempo de justificar su pérdida: el hambre, el familiar que emigró, la madre enferma sin medicinas, el hijo perseguido por gritar en la calle durante los apagones, y un largo etcétera. 

    Duannis León Taboada no quiere morir

    Duannis Dabel León Taboada, un muchacho barbero que escribe...

    Pedro Medina, número 31, receptor

    Ignoro por qué mi padre me enseñó a ser...

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí