El fallo multiorgánico del sistema político cubano obliga a salir del closet, y Etecsa expone lo que el hambre y el apagón llegan a esconder, porque para el hambre y el apagón eres una víctima o un rehén, no un cliente.
Traducir el terror no es una tarea fácil, en especial si se trata de evitar la propaganda. No digo traducir como un intento de proselitismo sino de diálogo. Claro que en ambos casos hay un (im)pulso de persuadir. Traducir es dialogar y persuadir. ¿Por qué si no el afán de ir comparando figuras tan distintas y autoritarias como Fidel Castro, Adolf Hitler y Donald Trump?
Quien no tenga genes revolucionarios, quien no tenga sangre revolucionaria,
quien no tenga una mente que se adapte a la idea de una revolución,
quien no...
El castrismo produce sus sepelios hieráticos en interiores oficinescos. Anónimos decoradores crean atmósferas entorchadas y claustrofóbicas donde velar los despojos de la nomenclatura faraónica.
Un...
Una de las obsesiones del presidente Trump es ser reconocido como un pacificador, es decir, un negociador capaz como nadie de mediar en conflictos a nivel global y de traer una nueva Pax Americana. No es un secreto su obsesión por ganar el premio Nobel de la Paz; especialmente porque cree que le fue entregado a Obama sin merecerlo.