De niño quiso ser veterinario. Cazaba cucarachas y abejorros y les quitaba las antenas para examinarlas, luego alimentaba con ellas a las lagartijas, y a estas, a veces, les abría la barriga con un bisturí para observarlas por dentro.
Cuatro años después, Somos + parece haber traicionado varias de sus premisas democráticas esenciales, o al menos haberse agotado en su lucha contra un gobierno totalitario que no reconoce la pluralidad política.
En la tarde noche del 29 de diciembre, después de tres días de reuniones, gestiones y un total de ocho horas en la oficina de Rubén del Valle, Tania siente temor por primera vez. Sale a caminar por La Habana, un tanto desconcertada. El performance se ha anunciado para el día 30 a las tres de la tarde, pero ya algunos amigos le han advertido que no la dejarán llegar.
La oposición cubana haría bien en conservar la relativa independencia de Estados Unidos que Obama, benévolamente, les regaló, o si se quiere, les forzó a aceptar, y mantener la distancia con un gobierno que en solo dos semanas ya ha colocado a su país al borde de una perniciosa crisis política y casi constitucional.
Una de las obsesiones del presidente Trump es ser reconocido como un pacificador, es decir, un negociador capaz como nadie de mediar en conflictos a nivel global y de traer una nueva Pax Americana. No es un secreto su obsesión por ganar el premio Nobel de la Paz; especialmente porque cree que le fue entregado a Obama sin merecerlo.