El niño Geobel Damir Ortíz Ramírez falleció en el Nicklaus Children’s Hospital, de Miami, unas semanas después de que él y su madre pudieran viajar desde Cuba con visado humanitario gracias a una amplia campaña que denunció el precario estado del sistema de salud en la isla.
A medida que avanzaba la noche —que empezó con poco movimiento— había más gente en las inmediaciones del Versailles. Los rostros, los ademanes y las voces de los congregados parecían cada vez más relajados, enérgicos y precisos; la alegría más contagiosa, más soberbia, y más estridente e imperioso el ruido de las bocinas y los motores de las camionetas y los autos deportivos sobre la calle 8. «Let´s go, Brandon», se escuchaba en un altavoz.
Yo no sé todavía qué es Miami. Llevo en la ciudad siete meses, pero por un rato Legna Rodríguez me aleja de las zonas comunes: playa-playa, piscina-piscina, warehouses y mediocridad.
El niño Geobel Damir Ortíz Ramírez falleció en el Nicklaus Children’s Hospital, de Miami, unas semanas después de que él y su madre pudieran viajar desde Cuba con visado humanitario gracias a una amplia campaña que denunció el precario estado del sistema de salud en la isla.
El Banco Saya de Malha se encuentra principalmente en aguas internacionales, donde pocas reglas se aplican, y por tanto su biodiversidad está siendo sistemáticamente diezmada por una enorme flota de barcos pesqueros industriales que permanecen en gran parte sin supervisión gubernamental.