El merenguero Rubby Pérez y su orquesta llevaban más de una hora en escena cuando, a eso de la una de la mañana del martes 8 de abril, se notó que del techo caía agua, una especie de arenilla… y a los pocos segundos se desplomó todo.
El merenguero Rubby Pérez y su orquesta llevaban más de una hora en escena cuando, a eso de la una de la mañana del martes 8 de abril, se notó que del techo caía agua, una especie de arenilla… y a los pocos segundos se desplomó todo.
«Podía ver a los sujetos debajo de mí, y sin duda era una pareja perfecta para ser los primeros en actuar en el escenario que había sido creado especialmente para ellos, y para otros que los seguirían, y yo sería su público».