Los jineteros están por todas partes, sobre todo en las zonas turísticas y en los bares de moda, que proliferan en los últimos tiempos. Son verdaderos escuadrones armados a base de labia que han convertido su identidad cubana en una daga punzante que entierran en la carne de los extranjeros que aterrizan aquí en busca de ese ansiado dolor.
El barrio es un caserío pobre e indigente ubicado a solo unos metros de la Plaza de la Revolución de Santa Clara. Una manzana, no más, envuelta en un arrabal de matas y árboles que crecen en un fango escamoso.
Para aguantar el aire contaminado, el foso del hambre, los mosquitos en la noche y el calor impenitente, Luz María, Chen y cualquiera que pasara por allí tenía que anestesiarse con alcohol.
Una de las obsesiones del presidente Trump es ser reconocido como un pacificador, es decir, un negociador capaz como nadie de mediar en conflictos a nivel global y de traer una nueva Pax Americana. No es un secreto su obsesión por ganar el premio Nobel de la Paz; especialmente porque cree que le fue entregado a Obama sin merecerlo.