Demostrada, hasta hoy, nuestra ineptitud como pueblo, la única buena noticia que nos llega es que la injerencia extranjera y el estalinismo se auxilian más que nunca.
La oposición cubana haría bien en conservar la relativa independencia de Estados Unidos que Obama, benévolamente, les regaló, o si se quiere, les forzó a aceptar, y mantener la distancia con un gobierno que en solo dos semanas ya ha colocado a su país al borde de una perniciosa crisis política y casi constitucional.
Hoy, 20 de enero, el 45to Presidente de los Estados Unidos toma posesión en la Oficina Oval. Comienza un reality que el mundo seguirá con los pelos de punta y que durará, mínimo, cuatro años.
Una de las obsesiones del presidente Trump es ser reconocido como un pacificador, es decir, un negociador capaz como nadie de mediar en conflictos a nivel global y de traer una nueva Pax Americana. No es un secreto su obsesión por ganar el premio Nobel de la Paz; especialmente porque cree que le fue entregado a Obama sin merecerlo.