El reparto: la banda sonora del éxodo cubano

    De donde yo salí
    Salen muy pocos chamacos
    Donde nací
    No había plata pa los tacos
    Pero aun así
    Me puse pa’ los contratos
    Rompiendo desde novato
    Facturando pa’ mi saco

    LKimii

    Son las 12:30 de la tarde en Miami Senior High School, una escuela secundaria en Little Havana, Miami. Salma es cubana y hace cuatro años cruzó más de seis países junto a sus padres para llegar a los Estados Unidos. Hoy, en 2025, repite con sus amigas Gelen y Patricia una especie de ritual a la hora del receso: graban un video bailando reparto para Tik Tok. Esta vez hacen el challenge de la canción del momento, «Taxi Rutero». 

    Agachada, zapatillas negras, medias blancas, conjunto deportivo verde, Salma comienza a bailar. A cada lado, sus amigas Gelen y Patricia. Primero puntean con los pies, luego dan un salto, giran sus caderas, sacuden sus hombros y terminan con unas palmadas. 

    Salma, Patricia y Gelen forman parte de los 850 mil cubanos que entraron al país norteamericano entre 2021 y 2024, según las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP). En Cuba, algunas de las consecuencias más visibles de esta emigración masiva son el envejecimiento poblacional, la hiperinflación y el decrecimiento económico. Pero también están ocurriendo cambios drásticos en la cultura y el arte cubanos, específicamente en la música. 

    Durante los últimos cinco años los artistas del género reparto experimentaron un alza en su popularidad y sus ingresos. Esto está estrechamente ligado a la crisis migratoria que llevó a Salma y sus amigas hasta Miami, la mayor que ha vivido la isla en décadas. El baile de las muchachas en el comedor de su High School a la hora del receso es el final de una historia que comprende casi una década y de un proceso social complejo que engloba a músicos, empresarios, inversores y seguidores por igual.

    Primero llegó la música

    En 2021, cuando su tío vino desde Cuba para vivir en su casa en Kissimmee, Florida, Felipe no conocía el reparto. Me cuenta que tenía 14 años y jamás lo había escuchado porque emigró bien pequeño hacia una zona donde los cubanos no son mayoría entre la comunidad de emigrantes.

    «Vine para Estados Unidos a mis siete años, imagínate, mi mundo era otro. Empecé por Chocolate, el primero que conocí por mi tío. Llegar a la música de reparto me cambió mucho porque ya me estaba separando un poco de mis raíces cubanas». 

    Felipe le presentó la música de su tío a los pocos amigos cubanos que tenía en la escuela y así fue como dejaron de consumir los que hasta entonces eran sus artistas favoritos: Drake, Kanye West, Ariana Grande, The Weeknd, y empezaron a escuchar a Chocolate, Kimiko y Yordy, Wow Popy, Wampi y todos los artistas de reparto que descubrirían luego. 

    Felipe y sus amigos, 14 de octubre del 2022 / Foto: Cortesía del entrevistado

    Desde sus inicios, hacia mediados de los años 2000, incontables jóvenes cubanos han probado suerte con este género en las calles de la capital cubana. Lo que surgió en aquel entonces, sugiere el productor musical cubano Kiki Nexxus, quien ha trabajado con reparteros de varias generaciones, fue «una evolución de la rumba, presente en un porcentaje altísimo de las familias cubanas». 

    Una tesis recurrente entre las personas que se han propuesto trazar los orígenes del reparto es que esta raíz afrocubana se mezcló en algún punto con la música popular nacional y extranjera que sonaba en las calles de La Habana a inicios de siglo. «Hubo una generación que se dio cuenta de eso y decidió fusionarlo con la timba», señala Kiki Nexxus, refiriéndose a un grupo de aquellos primeros reparteros, de los cuales hoy se mantienen activos Chocolate MC, El Micha y Adonis MC.

    El también productor Yoyi Lagarz concuerda en que fue «la timba de finales de los 90 y principios de 2000» la principal influencia musical del reparto. Sin decirlo explícitamente, ambos caracterizan al reparto como un género habanero, de la calle, pensado y ejecutado por personas sin ningún entrenamiento musical pero con la voluntad de expresarse a través de canciones.

    Como todo lo que ocurre a nivel social en Cuba, el reparto no demoró en llegar a Miami, donde jóvenes como Felipe usaron la música que sus familiares y amigos trajeron de la isla para reconectar con una parte de su identidad que habían perdido.

    «Nosotros teníamos un espacio en la cafetería porque éramos por lo menos diez muchachos, y uno siempre traía una bocina y poníamos reparto como si estuviéramos en Cuba y empezábamos a bailar», cuenta Felipe, quien actualmente trabaja como Higienista Dental.

    Uno de los artistas que más escuchaban Felipe y sus amigos era Wampi, cuyo verdadero nombre es Dasyel Mustelier. Su música sonaba en colegios del centro de la Florida o clubes nocturnos en Miami, pero en 2021 Wampi era un adolescente que aún asistía a la escuela de música en La Habana. Sus vídeos de la época, que aún pueden verse en su canal de YouTube, lo muestran en algunos de los barrios más pobres de la ciudad o cantando en el Anfiteatro de Alamar, una plaza mal iluminada varios kilómetros al Este del centro de la capital cubana. 

    Dasiel Mustelier (Wampi) en los inicios de su carrera en el año 2021 / Foto: Tomada de redes sociales

    Ya en aquel entonces había comenzado a fraguarse el fenómeno reparto tal como lo conocemos hoy. Porque el tío de Felipe no era solo alguien que le transmitió una afición por la música e inició a su sobrino como seguidor del género. Era también uno de los cientos de miles de cubanos que dejaron de ser un número inconsecuente en las plataformas de difusión para convertirse en usuarios que generan ganancias al artista.

    «Sonoramente el reparto es un ritmo muy rico, cubano, autóctono, nuevo, que tiene todas las características para ser mundial», dice Yoyi Lagarza. Teniendo en cuenta esto, no solo bastaba con el talento de los artistas en Cuba para llevar el género a escenarios internacionales. Para lograrlo fue necesario salir del país. 

    Luego llegaron los empresarios e inversores

    «Sin la emigración de artistas hacia Miami hubiese sido un poco más complejo la consolidación del género, porque en Cuba la conexión a internet y el uso de las plataformas es algo muy complicado y no es accesible para todos», me dijo Wampi en una llamada telefónica durante su estadía en Miami en mayo pasado. «Desde fuera de Cuba, los streams y las visualizaciones se hacen un poquitico más fácil y más accesible para artistas los cubanos”.

    Cuba no está incluida en las políticas de monetización de las principales plataformas como YouTube o Spotify. Ningún canal creado desde la isla tiene la posibilidad de monetizar sus contenidos. Los likes y views que llegan desde dispositivos conectados a la red cubana no generan ganancias. La llegada de estos artistas a territorio norteamericano les permitió convertir los millones de views pasivos en Cuba en miles de dólares en Estados Unidos.

    Wampi, cuya explosión como artista ha coincidido con el más reciente éxodo de cubanos, cree que, con las condiciones de internet normales para el resto del mundo, Cuba tendría una buena oportunidad como mercado para los reparteros. Pero este no es el caso y estos jóvenes dependen de compañías que inviertan en sus carreras y que distribuyan en sus plataformas internacionales la música que sale de los barrios habaneros.

    Una de ellas es Planet Records, la cual forma parte de un grupo discográfico con sucursales en Europa y América y utiliza una extensa red mundial de distribución de discos físicos y música digital, según su sitio web. Los artistas cubanos más reconocidos de la timba (género clave del que bebió el reparto) han tenido que ver con este sello musical.  Asimismo sucedió con los artistas de reparto. Roberto Ferrante, su fundador y director ejecutivo, es una figura bien conocida en el ámbito musical cubano en la actualidad.

    En su catálogo de artistas se encuentran algunos de los éxitos musicales de Charly & Johayron, Oniel Bebeshito, El Kimiko y Yordi, Fixty Ordara, Ja Rulay, El Chulo, Jacob Forever, Gente de Zona, El Taiger, Orlenis 22K, Wow Popy, Pokercito y otros.

    Planet Records fue durante años la única opción de muchos artistas del género para gestionar sus carreras en Cuba. Pero una vez que estos cantantes emigraron hacia Miami fueron necesitando otros sellos discográficos y disqueras que los representaran. 

    Como ha sucedido históricamente con géneros como el hip-hop, el reguetón o la bachata, los empresarios detectan el talento en las calles y moldean a los artistas acorde a las exigencias de la industria musical.  Y este patrón se ha repetido con el reparto.  

    Detrás de estos artistas hay una industria musical bastante joven. Rami Records, la casa de talentos como Wow Popy, Charly y Johayron, Dukecito, Nai Nai y Ja Rulay tiene apenas seis meses de creada como compañía en Estados Unidos, según información pública. Uno de sus fundadores, Raymel Perez, a pesar de tener más de 15 años en la industria musical en Cuba y trabajar conjuntamente con Planet Records, emigró hace dos años hacia Miami y estableció su propio negocio. 

    Plus Media, compañía que maneja los talentos de Nesty, Dale Pututi, LKimi entre otros, tiene poco más de un año como compañía. Sus creadores vienen del mundo de la música cubana y exponen en una entrevista en redes sociales que su mayor fortaleza es el hecho de que conocen cómo es el recorrido de un artista cubano hacia el éxito. Maykel Bárzagas, CEO y cofundador, es un ingeniero de sonido que se consagró en la industria trabajando con el dúo Gente de Zona. Robin Pedraja, el otro cofundador, es un realizador audiovisual con más de una década de experiencia trabajando junto a artistas del reguetón cubano. También dirigió la revista de entretenimiento Vistar.

    Ambos proyectos tienen en común el deseo de capitalizar un sonido y una identidad que se encontraba atrapada dentro de las calles de La Habana. En Miami, el reparto puede al fin explotar al máximo su capacidad como negocio y esto, a su vez, permite a los artistas desarrollar su potencial. 

    «Si nos ponemos a ver los éxitos de reparto hace tres o cuatro años, suenan terriblemente peor a como suena una canción top de reparto ahora mismo y esto se debe a la tecnología que encontraron fuera de Cuba», asegura Kiki Nexxus. «Porque en Cuba están las ganas de hacer la música y la intención, pero la tecnología necesaria para para llegar a un buen sonido casi nadie la puede adquirir en Cuba».

    Wampi, firmado recientemente con la disquera Virgin Music Group, me comentó que no solo ha influido la emigración de los artistas hacia Miami, sino la del público en general. «Los cubanos están tanto en Europa como en Latinoamérica, dondequiera que hemos llegado, le hemos enseñado a las personas de esos países qué es el reparto, cómo se baila y la jerga que tiene. Esas cosas han influido mucho para que hoy en día el reparto tenga más visualización. Miami es para mí como otra provincia de Cuba».

    Dasiel Mustelier (Wampi) en el año 2025 firmando con la compañía Virgin Music Group / Foto: Tomada de redes sociales

    Su hermano, Daryel Mustelier, ha trabajado como mánager de Wampi desde sus inicios como artista. En su opinión, el aumento de la presencia online de cubanos, tanto artistas como público, ha contribuido a un enriquecimiento de la cultura alrededor del género, aunque insiste en que las colaboraciones internacionales son necesarias para llevar el reparto a nivel mundial.

    «Las fusiones musicales que se están haciendo han influido en la consolidación del género. La manera de hacer reparto ha crecido mucho. Y entonces ahora tenemos las cosas que está haciendo el Bebeshito, que son cosas muy grandes y que nos sirven a todo. Pero, aun así, es necesario las colaboraciones internacionales y vendernos más internacionalmente».

    Paréntesis para algunos números 

    Para entender el ascenso meteórico del reparto y por qué se ha articulado una industria musical alrededor de este género es importante analizar sus números.  Ante la ausencia de una industria formal con datos públicos tradicionales como cantidad de streams o discos vendidos, una alternativa viable para analizar el impacto de estos artistas es el alcance y las ganancias de sus respectivos canales en YouTube.

    La web ViewStats ofrece datos públicos acerca de la cantidad de vistas, suscriptores y potenciales ganancias que puede generar un canal de YouTube. Una muestra significativa de los canales más populares del género incluye los de Bebeshito, Wampi, Wow Popy, L Kimiii, Payaso X Ley, Dany Ome y Kevincito el 13, Charly & Johayron y El Dray.

    Los 8 artistas seleccionados promedian cinco años de presencia activa en YouTube. En ese tiempo, amasan un total de 982.96 millones de vistas totales, con un promedio de 109.21 millones por artista. Asimismo, según los cálculos de la web, entre todos suman un total de tres mil 344 dólares diarios en ganancias, para un promedio de 418 dólares por artista. Semanalmente, estos canales producen un total de 22 mil 875 dólares, para un promedio de dos mil 859 dólares por cantante.

    A pesar de que algunos viven en Cuba, sus canales funcionan desde Estados Unidos para que puedan monetizar. «Ahora es esa música la que todo el mundo está escuchando. Antes, en una discoteca acá en Orlando, lo que ponían era dembow o trap y ahora ponen canciones de reparto y yo me siento super bien con eso, super feliz», comenta Felipe. 

    Finalmente llegaron los artistas y el público

    Según el think-tank Migration Policy, entre 2010 y 2021 la población cubana en Estados Unidos creció a un ritmo superior al de la población emigrante en general: 16% respecto a un 13%. El presidente Joe Biden, quien facilitó la reapertura de servicios consulares en La Habana, reinstauró en 2022 el Programa de Parole de Reunificación Familiar y recibió con muy pocas restricciones a los cubanos que entraron al país por la frontera sur. Cientos de miles abandonaron la isla. 

    Sin este éxodo masivo es poco probable que algún artista de reparto hubiese llenado un estadio como el Watsco Center, o firmado con una disquera internacional, o amasado millones de vistas en Youtube. El ascenso ha sido meteórico. Hace dos años, Bebeshito cantaba una vez por semana en el cabaret habanero Jonny Club, por mil 500 pesos cubanos (unos 5 dólares según la tasa actual) la entrada. En menos de un año, llenó el Pitbull Stadium de la ciudad de Miami con entradas entre los 60 y 200 dólares. Y ofrecerá su segundo concierto el 9 de agosto en el Kaseya Center de Miami,  con capacidad para 20 mil personas. 

    Bebeshito. Concierto en el Pitbull Stadium de Miami; 28 de diciembre de 2024 / Foto: Tomada de redes sociales

    En junio del 2022, Wampi había alcanzado los 12 millones de vistas en su canal de Youtube, de acuerdo con cifras de ViewStats. Solo dos años más tarde había aumentado en 100 millones el total de visualizaciones.

    En abril de este año, LKimii, quien cruzó la frontera sur de Estados Unidos en 2022, estrenó en sus plataformas el tema «Nosotros», una colaboración con dos artistas internacionales consagrados como Nacho y Maffio. El estreno significó un crecimiento de más del 9 mil por ciento al tráfico de su canal de YouTube, y sirvió de base a un challenge tendencia en TikTok.

    Lkimii durante la grabación del videoclip de la canción Nosotros junto a Nacho y Maffio/ Foto: Mechu Recvolution

    Los emigrantes cubanos que salieron de la isla hace aproximadamente cuatro años se apropiaron de una canción del propio Lkimii, quien en aquel momento formaba parte del dúo Kimiko y Jordy. Un tipo de video específico se convirtió en una tendencia entre los usuarios en redes sociales: las personas publicaban fragmentos de su travesía; mujeres con niños cruzando el río Bravo; un selfie de un grupo de desconocidos que terminaron siendo familia después de cruzar ocho países juntos; tenis enterrados en el fango; mochilas y nasobucos para protegerse de la pandemia COVID 19. Cada uno culminaba con un recibimiento entre globos, flores y banderas americanas, con el coro de «Soy un campeón» de fondo.

    El reparto se convirtió en la banda sonora del emigrante cubano en busca del sueño americano.

    «Y ahora estamo’ aquí

    Y a la pura yo se lo prometí 

    Porque ya no soy lo que un día fui 

    Y ahora estoy aquí pa’ decirte así 

    Pa’ decirte así

    [Coro]

    Muchos no hicieron

    Criticaron, hablaron y dijeron

    Subestimaron desde el minuto cero

    Seguí peleando porque soy un guerrero

    Me colé entre los primeros».

    La banda sonora del éxodo 

    Mientras los cubanos celebraban su salida de Cuba y la llegada a suelo norteamericano con una canción de reparto, el 18 de marzo del año 2021, Karla Pérez deseaba todo lo contrario. La periodista cubana soñaba con regresar a Cuba. Luego de cuatro años en Costa Rica tras su expulsión de la Universidad Central Marta Abreu de las Villas en el año 2017, Karla no pudo regresar a su país natal. El gobierno cubano le negó la entrada

    Me cuenta que fue en el exilio y más que en el exilio, en su destierro, cuando supo que posiblemente ya nunca más regresaría a Cuba, que comenzó a escuchar reparto de forma muy activa. «Actualmente no hay nada que me reconecte más con mi país que el reparto. Lo escucho todos los días de mi vida. El género es un puente con Cuba, un termómetro que me permite hacerme una idea de cómo sigue todo, a pesar de la distancia».

    Karla escucha reparto cuando está feliz o triste. Cuando está con su hermana o con sus amigas. El reparto hace que no se le olviden frases, palabras del barrio, e incluso que aprenda muchas. Tiene una canción de Chocolate MC que funciona para todos sus estados de ánimo. «Soy un Congo que vive en las lomas, yo soy carabalí (…) Soy Kiñongo, Babalao, yo soy Ocha, con corazón de pobre, y con la bendición de su madre, la Caridad del Cobre», me tararea en una llamada. Me comenta que ese pedazo de canción no puede explicárselo a nadie que no sea cubano, que no venga de donde ella viene. Cuando le pido que me defina que es el reparto, dice que «es mi compañía, mi cable a tierra con un país que yo solo veo en mis sueños hace ocho años». 

    El reparto ha llegado dondequiera que han llegado los cubanos, como a Ciudad Ho Chi Minh, Vietnam, donde reside la cantante cubana Victoria. A pesar de que salió hace seis años del municipio habanero Arroyo Naranjo, consume y canta reparto casi todos los días de su vida. No es solo una aficionada al reparto, sino que les muestra esta música a los vietnamitas y hasta los pone a bailar.

    «En el hotel donde trabajo hay otros músicos cubanos y muchas veces por la mañana, cuando terminamos de desayunar, nos vamos a bailar», me cuenta en una llamada telefónica. «Los clientes me ponen a bailar temas vietnamitas y yo los pongo a bailar reparto. Hace poco le puse la canción el «Venado», que esta viral en TikTok, pero no les gustó porque es muy rápida. Sin embargo, «Taxi Rutero» sí les gusto».

    Victoria enseñandole a bailar reparto a los vietnamitas /Foto: Cortesía de la entrevistada

    Me contó que salió de Cuba por un contrato de trabajo para ser cantante en un resort. En sus redes sociales hace repuestas femeninas a canciones de reparto, lo cual no solo es necesario en un sector tan machista como lo es el género, donde apenas hay cantantes mujeres, sino que cambia la percepción que se tiene de algunas de las canciones. 

    Victoria ha tenido que enfrentarse a lo que significa ser una mujer negra con pelo afro en Asia. Las canciones de reparto han estado ahí para sus fiestas de cumpleaños o en los días que no puede comprar ropa de su talla ni encuentra quién le arregle el pelo.

    «Cuando salgo con mis amigos a los bares pedimos que pongan reparto. Es una manera de sentirme cerca de casa. El cubano ama la picardía, esa sazón que tiene el reparto. Ponerlo aquí es como que estamos un poquito al lado de allá. Me siento más cerca del cubaneo, como le decimos nosotros». 

    Durante años, los cubanos han llevado el reparto a muchos países, pero no fue hasta la administración del expresidente Joe Biden que la mayor cantidad de reparteros entraron a Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump cambió este escenario cuando revocó muchas de las medidas migratorias del anterior mandatario y canceló la emisión de visas de turismo y trabajo. Ante esta nueva realidad, veremos cómo el reparto sobrevive, el género popular que mantiene unidos los pedazos sueltos de un país roto.

    *Este reportaje fue realizado como parte del taller Cambiar la Mirada. Nuevas narrativas sobre migración, coordinado por Eileen Truax, en alianza con Factual, ONU-Derechos Humanos, la Universidat Autònoma de Barcelona y CER-Migracions.

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    Tailyn de la Caridad Jiménez Sevilla
    Tailyn de la Caridad Jiménez Sevilla
    (Cienfuegos, 1998). Periodista y feminista.

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