Carlos Manuel Álvarez

    Bebedor de absenta. Grafitero del Word. Nada encuentra más exquisito que los manjares de la carestía: los caramelos de la bodega, los espaguetis recalentados, la pizza de cinco pesos. Leyó un Hamlet apócrifo más impactante que el original de Shakeaspeare, con frases como esta, que repite como un mantra: «la hora de la sangre ha de llegar, o yo no valgo nada». Cree solo en dos cosas: la audacia de los primeros bates y la soledad del center field.

    Un lugar de mala fama

    Muchos opinaban que en Cuba daba lo mismo lo que fueras, te iban a reprimir igual, aunque, parafraseando el mantra orwelliano, podíamos decir que en el comunismo todos éramos iguales, pero los negros eran menos iguales que los demás.

    La tierra cananea, que es toda la tierra

    La víctima ha sido encargada de operar con el mismo dispositivo con que fue masacrada. El Hombre Blanco, el maestro de ojo azul de...

    La eterna letanía de los Juan Pin Vilar

    Hoy hemos publicado en El Estornudo una entrevista que el Observatorio de Derechos Culturales hizo al cineasta Juan Pin Vilar. La edité ayer en...

    11J: el día inconcluso

    Luis Manuel Otero lleva dos años presos en la cárcel de máxima seguridad de Guanajay. Ha sido víctima de su éxito. Primero, su caso...

    Yo quiero discutir de pelota

    «Hay quien dice que no está feliz por eso pero yo sé que están contentos», ha declarado el inicialista matancero Yadir Drake, integrante del...

    En la noche que el poeta nos inventó

    En un punto de la noche del 27 de abril de 1971 alguien clausura, definitivo, el sarcófago hábilmente construido durante la década anterior y...

    Newsletter

    Recibe en tu correo nuestro boletín quincenal.

    Te puede interesar

    Y sin embargo, se oponen… Nuevas fisuras en el Castroverso

    La «revolución de los gigabytes» que muchos esperaban que...

    El gran negociador entra en guerra

    Una de las obsesiones del presidente Trump es ser reconocido como un pacificador, es decir, un negociador capaz como nadie de mediar en conflictos a nivel global y de traer una nueva Pax Americana. No es un secreto su obsesión por ganar el premio Nobel de la Paz; especialmente porque cree que le fue entregado a Obama sin merecerlo.